El Secretario para las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, Mons. Dominique Mamberti, destacó los fuertes lazos entre la Iglesia y Croacia, y alentó a la nación europea a reforzar su identidad católica para ser fermento en otros países ahora que “se perfila y realiza la aspiración a la plena integración en la Unión Europea”.

Durante la conferencia “Santa Sede y Croacia: veinte años de intensas relaciones”, el Prelado destacó la larga historia de relaciones entre el Vaticano y Croacia, tal como muestra la carta que en junio del año 879 el Papa Juan VIII envió al príncipe Branímir.

“Esos fuertes lazos entre Croacia y la Santa Sede no se han perdido a lo largo de los siglos. En diversas ocasiones en el curso de la historia y en circunstancias no fáciles, los croatas han demostrado fidelidad a la Iglesia y al sucesor de Pedro”, afirmó.

En ese sentido, dijo que “en la más que milenaria historia de Croacia los últimos veinte años se cuentan entre los más difíciles y, al mismo tiempo, cruciales para su futuro. Especialmente los sucesivos a la independencia. Sin embargo, los retos continúan. Ahora, los croatas no pueden por menos que interrogarse acerca de los valores sobre los que quieren construir la vida de las personas y de toda la nación”.

Mons. Mamberti dijo que si bien la Iglesia y la comunidad política son independientes una de otra y actúan en ámbitos diversos, ambas sirven a las mismas personas que son a la vez son “fieles de la Iglesia y ciudadanos del Estado”.

“En este servicio hay amplio espacio para el diálogo y la cooperación, al servicio de la dignidad de cada ser humano. En el centro de la cooperación mutua está, efectivamente, nuestro compromiso compartido por el bien común y la promoción de los valores espirituales y morales que otorgan a la sociedad croata su sólido fundamento”, afirmó.

Por ello, deseó para Croacia un “progreso continuo, tanto en ámbito moral como, sobre todo, espiritual”, y la alentó a reforzar su identidad católica arraigada en siglos de historia.