9 de julio de 2012 / 12:08 PM
Al visitar de forma privada esta mañana el Centro "Ad Gentes" de los Misioneros Verbitas en Nemi (Roma), lugar en el que hace 47 años el Papa Benedicto XVI participó de los trabajos del Concilio Vaticano II, el Santo Padre señaló que la luz del amor de Dios, que es la bondad misma, debe difundirse con alegría.
Así lo indicó el Pontífice al recordar su participación como perito teólogo en la redacción del decreto Ad gentes, entre el 29 de marzo y el 3 de abril de 1965, como parte de los trabajos de la Comisión Conciliar de las Misiones.
"Estoy verdaderamente agradecido por la posibilidad de volver a ver, luego de 47 años, esta casa en Nermi. Tengo de esta un recuerdo bellísimo, tal vez el más bello recuerdo de todo el Concilio", dijo el Papa.