Antes de presidir el rezo del Ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI recordó desde México que “la verdadera devoción a la Virgen María nos acerca siempre a Jesús”.
Ante más de 600.000 personas reunidas en el Parque Bicentenario al pie del monumento a Cristo Rey, el Santo Padre recordó a la Virgen de Guadalupe, “honrada con fervor desde hace siglos, como signo de reconciliación y de la infinita bondad de Dios para con el mundo”.
“Mis Predecesores en la Cátedra de san Pedro la honraron con títulos tan entrañables como Señora de México, celestial Patrona de Latinoamérica, Madre y Emperatriz de este Continente. Sus fieles hijos, a su vez, que experimentan sus auxilios, la invocan llenos de confianza con nombres tan afectuosos y familiares como Rosa de México, Señora del Cielo, Virgen Morena, Madre del Tepeyac, Noble Indita”.