La Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), hizo este jueves un llamado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), para que cese toda violencia, liberen a todos los secuestrados y den muestras de que quieren la paz.

En un mensaje al término de su Asamblea Plenaria, el Episcopado lamentó también "los altísimos costos en vidas y la situación humanitaria intolerable que se deriva de las incursiones terroristas de los grupos al margen de la ley que constituyen graves infracciones del Derecho Internacional Humanitario".

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A pesar de esto, los obispos destacaron "las reformas e iniciativas legislativas que tienden a proteger los derechos humanos", garantizar la reparación a las víctimas y la restitución de tierras, hechos fundamentales para reconciliar y pacificar el país.

La CEC también condenó la impunidad y llamó a los colombianos "a denunciar todo tipo de corrupción, a velar para que los recursos destinados al bien común sean utilizados con plena transparencia y a propiciar la implantación de una sociedad cada vez más justa, igualitaria, equitativa, fraterna y solidaria".

También pidió responder al narcotráfico con una política que responda a cada una de sus dimensiones, prevenga la dependencia y desmantele "los grandes carteles de la droga que provocan una proporción importante de la violencia que vive nuestro país y que han contribuido a acrecentar la inequidad existente y ha sumergido en la miseria material y moral a miles de colombianos".

Los obispos alertaron sobre la cultura del egoísmo y del hedonismo que está surgiendo en Colombia y "que pone en tela de juicio los valores fundamentales del respeto y la promoción de la vida, la centralidad de la familia y la búsqueda del bien común".

Reafirmaron que la familia es el fundamento de la sociedad y que "la vida es sagrada e inviolable desde su inicio, en todas las etapas de la existencia humana, también cuando se encuentra gastada por la enfermedad y la vejez y hasta la muerte y debe ser siempre protegida por el Estado y por la sociedad de manera decidida".

Los obispos llamaron a dirigir la mirada a Cristo e invitaron a la población y autoridades "a derrotar definitivamente la injusticia, la exclusión, la marginación, para alcanzar un fortalecimiento de la democracia que construya instituciones transparentes, en la búsqueda permanente de la verdad y la reconciliación".