En la habitual audiencia general de hoy, el Papa Benedicto XVI alentó a los católicos a rezar confiando en la voluntad de Dios, colocando ante él las fatigas, sufrimientos y sacrificios cotidianos para aprender a seguirlo, como hizo el Señor Jesús antes de morir en la Cruz.
Ante miles de peregrinos de distintas partes del mundo en el Aula Pablo VI, el Santo Padre reflexionó sobre la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos. El evangelista Marcos narra que, después de la Última Cena, Jesús se dirige al monte de los Olivos y se prepara para la oración personal.
"Pero esta vez sucede algo nuevo: parece que no quiere estar solo. A menudo Jesús se alejaba de las multitudes, e incluso de los discípulos, para orar. En Getsemaní, en cambio, invita a Pedro, Santiago y Juan a estar cerca de Él. Son los mismos discípulos que llamó para que estuvieran con Él en el monte de la Transfiguración".