El Papa Benedicto XVI dijo que la Iglesia solo puede y debe temer al pecado de sus miembros, durante el homenaje que rindió ayer a la Inmaculada Concepción en la Plaza España en Roma al celebrarse su fiesta.
En el tradicional homenaje de veneración ayer por la tarde, a la imagen de la Inmaculada ubicada en lo alto de una columna frente a la embajada de España ante la Santa Sede, el Santo Padre explicó que la estatua aparece "revestida de sol", con una luna a sus pies y con una corona de doce estrellas. Ella representa al mismo tiempo a la Virgen María y a la Iglesia.
El texto del apocalipsis que se leyó señala que la Virgen María "aparece ‘vestida de sol’, es decir vestida de Dios: la Virgen María en efecto está completamente circundada por la luz de Dios y vive en Dios. Este símbolo de la túnica luminosa claramente expresa una condición que alude a todo el ser de María".