Al presidir esta mañana una Misa en sufragio de los cardenales y obispos fallecidos este año, el Papa Benedicto XVI aseguró que la muerte de Cristo en la Cruz es fuente de vida porque en ella Dios ha vertido todo su amor por los seres humanos.
En la capilla papal donde presidió la Eucaristía, el Santo Padre recordó a los purpurados y obispos muertos durante 2011 por quienes "elevamos nuestra oración, animados por la fe en la vida eterna y en el misterio de la comunión de los santos. Una fe plena de esperanza, iluminada también por la Palabra de Dios".
Al encarar el misterio de la muerte, dijo el Papa, ha de recordarse el sacrificio de Cristo: "el Señor Jesús ha ido al encuentro de la pasión, con decisión ha tomado el camino de la cruz", una opción que siempre cuestiona porque "nosotros, frente a la muerte, no podemos dejar de probar los sentimientos y los pensamientos dictados por nuestra condición humana".