En su primer discurso en su tercer viaje a su Alemania natal que concluirá el domingo 25 de septiembre, el Papa Benedicto XVI señaló que si bien esta es una visita de estado, llega a su país "para encontrarme con la gente y hablar de Dios".
A su llegada al aeropuerto de Berlín, el Santo Padre fue acogido con 21 salvas de cañón, como prevé el protocolo de las visitas de Estado, mientras en las escalerillas del avión le esperaban el Presidente federal de Alemania Christian Wulff y la Canciller federal, Angela Merkel.
También estaban presentes el Arzobispo de Berlín, Mons. Rainer Maria Woelki y el Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y Arzobispo de Freiburg im Breisgau, Mons. Robert Zollitsch.