19 de agosto de 2011 / 05:07 AM
En su encuentro esta mañana con unas 1 600 jóvenes religiosas en Madrid, incluyendo monjas de órdenes de clausura, el Papa Benedicto XVI les dijo que "la Iglesia necesita de vuestra fidelidad joven arraigada y edificada en Cristo".
Luego de escuchar el saludo del Cardenal Antonio María Rouco Varela, Arzobispo de Madrid y el de una religiosa en representación de las demás, el Santo Padre recordó que la vida consagrada nace de la escucha de la Palabra de Dios.
Esa Palabra, continuó el Papa, exige "la radicalidad evangélica que es estar ‘arraigados y edificados en Cristo, y firmes en la fe’". En la vida consagrada, explicó, esto consiste en "ir a la raíz del amor a Jesucristo con un corazón indiviso, sin anteponer nada a ese amor, con una pertenencia esponsal como la han vivido los santos, al estilo de Rosa de Lima y Rafael Arnáiz, jóvenes patronos de esta Jornada Mundial de la Juventud".