4 de octubre de 2010 / 05:02 PM
El Presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Mons. Ignacio Carrasco de Paula, advirtió hoy que la concesión del premio Nobel de medicina a Robert Edwards por sus investigaciones en la fertilización in vitro alienta el "mercado" de embriones humanos que esperan ser colocados en un útero, ser usados en investigaciones e incluso "morir abandonados y olvidados por todos".
En una declaración con la que respondió hoy a los periodistas dada a conocer por Radio Vaticano, el Prelado vaticano comentó que habían otras opciones para este Nobel como "McCullock y Till, descubridores de las células estaminales, o incluso Yamanaka, el primero en crear una célula pluripotente inducida" a partir de las células ratones.
La elección de Edwards, señala, "no parece completamente fuera de lugar, de una parte, está dentro de la lógica del comité que asigna el Nobel, y de otra el científico británico no es alguien a quien minusvalorar: ha inaugurado un capítulo nuevo e importante en el campo de la reproducción humana, cuyos resultados están a la vista de todos, comenzando por Louis Brown, la primera niña nacida de la fertilización in Vitro, ahora de unos treinta años y ella misma madre –de modo perfectamente natural– de un niño".