El experto en liturgia y arte sacro, Mons. Marco Agostini, aseguró que arrodillarse en la Misa es una buena manera de vencer la idolatría pues es una respuesta del hombre a la "epifanía de Cristo".
Mons. Agostini, oficial de la segunda sección de la secretaría de Estado y uno de los maestros de ceremonia pontificios, escribió en el diario L'Osservatore Romano, que los hermosos pisos de muchas iglesias antiguas fueron "hechos para las rodillas de los fieles" como una "alfombra perenne de las piedras" para la oración y la humildad.
"Hoy los reclinatorios han desaparecido de muchas iglesias y se tiende a remover las balaustradas a las que uno se podía acercar a la comunión de rodillas", sostiene el experto según una traducción del texto divulgada por el vaticanista Sandro Magister.