14 de julio de 2010 / 08:02 PM
En entrevista concedida a L’Osservatore Romano, el Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Cardenal Angelo Bagnasco, defiende la libertad religiosa con un acento especial en la controvertida sentencia del tribunal de Estrasburgo sobre la prohibición de los crucifijos, explica el desafío del laicismo como una laicidad mal entendida, habla sobre la reforma en la Iglesia señalada por el Papa Benedicto, así como de la alegría y la responsabilidad de ser sacerdote como fruto del Año Sacerdotal.
Al referirse al primer tema, el del crucifijo, el también Arzobispo de Génova, resaltó que sobre la decisión que debe tomar la corte ante al amparo del gobierno italiano, espera "un poco de buen sentido. Es extraño que incluso hoy, cuando la relación intercultural se hace más exigente, a causa de la creciente movilidad, se pretenda luego censurar una de las matrices fundamentales de la historia de nuestro continente".
"Hacer hipótesis, como han hecho algunos, sobre que el crucifijo niega la laicidad del Estado, que no debería inclinarse hacia ninguna opción religiosa o confesional, significa olvidar que antes del Estado está la gente, existe un humus profundo que identifica el sentir común de gran parte de la población italiana".