El Arzobispo de Colonia, Cardenal Joaquim Meisner, recordó a los sacerdotes de los cinco continentes que para un presbítero no puede haber algo más importante que la conversión del propio corazón porque solo así cumplirá con su misión de transmitir a Cristo.
El Purpurado ofreció la meditación “Conversión y Misión” ante unos cuatro mil presbíteros de todo el mundo reunidos en la basílica de San Pablo de Extramuros, una de las tres sedes del Encuentro Internacional con el que termina el Año Sacerdotal.
El Arzobispo destacó la importancia de que los sacerdotes dediquen tiempo a la confesión –tanto para administrar como recibir el sacramento- y consideró que una de las pérdidas “más trágicas que la Iglesia ha sufrido en la segunda mitad del siglo XX” es la pérdida “del Espíritu Santo en el sacramento de la reconciliación”.