Luego del rezo del Regina Caeli con miles de fieles en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI agradeció la cercanía y solidaridad de más de 150 mil fieles, así como la comunión de los inmigrantes en la Plaza de San Juan en ocasión de la Fiesta de los Pueblos. A ellos y así, a todos los católicos del mundo, el Santo Padre recordó que "el verdadero enemigo a temer y por combatir es el pecado, el mal espiritual, que a veces, contagia también a los miembros de la Iglesia".
En italiano y tras agradecer la cercanía de los fieles con los sacerdotes y con él, el Pontífice señaló que "vivimos en el mundo –dice el Señor– pero no somos del mundo, y debemos guardarnos de sus seducciones. Debemos temer al pecado y para ello debemos estar fuertemente radicados en Dios, unidos en el bien, en el amor, en el servicio".
"Esto es lo que la Iglesia, y sus ministros, unidos a los fieles, han hecho y siguen haciendo con ferviente esfuerzo por el bien espiritual y material de las personas en todas partes del mundo. Es lo que ustedes habitualmente buscan hacer en las parroquias, en las asociaciones y en los movimientos: servir a Dios y al hombre en nombre de Cristo".