El Juzgado de lo Penal número 5 de Gerona ha condenado al encargado de un restaurante de la localidad a 19 meses de prisión y a pagar una multa de seis mil euros en concepto de reparación del daño moral causado a la camarera a quien pidió que abortara si quería conservar su puesto de trabajo. Con la coacción encima, esta valiente mujer decidió conservar a su bebé.
El tribunal considera probado que el encargado de un local de comida mexicana de la localidad, instó a la mujer a que abortara una vez ésta le comunicó que estaba embarazada. Al hacer caso omiso, el encargado, que ejercía las tareas de contratación y renovación del personal, optó por no renovarle el contrato.
La mujer entró a trabajar en el restaurante durante los meses de verano de 2005, tras lo que le prorrogaron el contrato por diez meses más hasta julio de 2006. La camarera, que quedó embarazada en febrero de 2006 de otro compañero de trabajo, decidió tener a su hija pese a la coacción a la que le sometió su superior para limitar el ejercicio de un derecho fundamental.