29 de marzo de 2010 / 04:32 PM
Al presidir esta tarde en la Basílica de San Pedro, la Eucaristía al celebrarse el 5° aniversario de la muerte del Papa Juan Pablo II, el Papa Benedicto XVI resaltó la profunda fe, la gran esperanza y la total caridad que marcó la vida de Karol Wojtyla y como "se consumió por Cristo, la Iglesia" y el mundo entero por amor.
En su homilía de la Misa de hoy al celebrarse el 5 aniversario de la muerte de Juan Pablo II ocurrida el 2 de abril de 2005, el Papa Benedicto XVI explicó que un "siervo de Dios" es aquel que actúa con firmeza inquebrantable, con una energía que no disminuye hasta que él haya realizado la tarea que le fue asignada, y que, no obstante carecer de los medios humanos que parecen necesarios para alcanzar el objetivo, sin embargo se presenta con la fuerza de la convicción, siendo el Espíritu que ha puesto Dios en él, el que le dará la capacidad de actuar con humildad y fuerza, asegurándole el éxito final.
Según indica Radio Vaticano, el Santo Padre señaló que "aquello que el profeta inspirado dice del Siervo, lo podemos aplicar al amado Juan Pablo II: el Señor lo ha llamado a su servicio y, al confiarle tareas de mayor responsabilidad, lo ha acompañado con su gracia y con su continua asistencia. Durante su pontificado, él se prodigó en proclamar el derecho con firmeza, sin debilidades ni titubeos, sobre todo cuando tenía que medirse con resistencias, hostilidades y rechazos. Sabía de haber sido tomado por la mano del Señor, y esto le consintió ejercitar un ministerio fecundo, por el cual, una vez más, damos férvidas gracias a Dios".