Durante las celebraciones por la Independencia de Bolivia el pasado 6 de agosto, el Presidente Evo Morales decidió desairar a la Iglesia Católica, ausentándose del tradicional Te Deum matutino; y pasó en cambio la tarde saludando diversos grupos en la plaza "25 de Mayo", incluyendo una delegación de pastores evangélicos.
Después de ignorar la Misa tradicional de Acción de Gracias, a la que suelen asistir los presidentes constitucionales, Morales pronunció un discurso llamando a la unidad del país desde Sucre, capital oficial del país.
Según agencias de noticias locales, el canal estatal "manipuló la transmisión durante el mensaje del primer mandatario". Según la agencias, "de manera permanente (el canal estatal) insertaba aplausos y vivas, a través de un micrófono instalado en la parte externa de ese histórico edificio".