Miles de católicos marcharon en la diócesis vietnamita de Dinh, que cuenta con medio millón de fieles, para protestar contra los ataques físicos, la incautación de propiedades eclesiales, la difamación y la manipulación de los hechos en la prensa a favor del odio anticatólico en la región de Dong Hoi.
Los manifestantes denunciaron la violencia brutal del gobierno de Dong Hoi contra sacerdotes, religiosos y fieles. Católicos de 178 parroquias de Vinh marcharon mientras que en otras diócesis vietnamitas se guardó minutos de silencio para rezar por las víctimas de la policía y el gobierno.
Según informó el sacerdote Peter Nguyen Van Khai, los manifestantes expresaron "su indignación por los ataques a golpes y asaltos contra familias católicas por parte de matones del gobierno, y para transmitir un mensaje de ‘ya basta’ ante la fuente del problema, la mala gestión del gobierno".