En su discurso de despedida en el aeropuerto de Nsimalen en Yaundé, capital de Camerún, el Papa Benedicto XVI alentó el trabajo "para eliminar la injusticia, la pobreza y el hambre cualesquiera sea el lugar donde los encontréis".
El Papa invitó a todos a seguir rezando "para que la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos se demuestre un tiempo de gracia para la Iglesia en todo el continente, un tiempo de renovación y de nuevo compromiso en la misión de llevar el mensaje salvífico del Evangelio a un mundo lacerado".
Al recordar algunos momentos de su viaje en este país, el Santo Padre rememoró su visita al Centro de rehabilitación Cardenal Léger, donde fue "conmovedor observar los cuidados reservados a los enfermos y discapacitados. Esa compasión, semejante a la de Cristo es una señal segura de esperanza para el futuro de la Iglesia y de África".