En la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI precisó que por Cristo, por su justificación, "el ser humano se hace verdaderamente justo a los ojos de Dios", tema fundamental en la enseñanza del Apóstol San Pablo.
Continuando las catequesis sobre el Apóstol de Gentes, el Santo Padre explicó que cuando Pablo se encontró con el Señor era "un hombre realizado, irreprensible en cuanto a la justicia derivada de la Ley", pero "la iluminación de Damasco cambió radicalmente su existencia y empezó a considerar los méritos adquiridos durante una carrera religiosa integérrima como 'basura' frente al conocimiento sublime de Jesús".
Seguidamente Benedicto XVI señaló que la Epístola a los Filipenses "ofrece un testimonio conmovedor del paso de Pablo de una justicia fundada en la Ley y adquirida observando los preceptos, a una justicia basada en la fe en Cristo. Gracias a la experiencia personal de la relación con Jesucristo Pablo sitúa en el centro de su Evangelio una oposición irreducible entre dos caminos alternativos hacia la justicia: uno construido sobre las obras de la Ley, otro fundado en la gracia de la fe en Cristo".