En una entrevista concedida a Radio La Luna, el Presidente Rafael Correa atacó explícitamente a los obispos ecuatorianos acusándolos de clavarle "una puñalada por la espalda" al no apoyar su polémico proyecto de Constitución.
Correa acusó a la Conferencia Episcopal Ecuatoriana de haber protagonizado "una de las decepciones más grandes" de su gobierno porque según arguye, la Iglesia participó activamente con sus propuestas en el proceso de redacción del texto constitucional, que hoy es cuestionado por abrir la puerta a ataques contra la vida y la familia.
"Yo lo considero una puñalada por la espalda", indicó Correa y aseguró que ha atendido "el 80 por ciento de los pedidos" de la Iglesia pero "no pusimos textualmente lo que ellos querían en la parte de la concepción" y por eso "ahora dicen que la Constitución es abortista".