A un mes de concluida la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) realizada en Australia, el Arzobispo de Sydney y anfitrión de la misma, Cardenal George Pell, destacó que el éxito de este gran evento eclesial mundial no tiene que ver solo con los números, sino sobre todo con los frutos espirituales y religiosos que ésta ha logrado.
En entrevista concedida a L'Osservatore Romano, tras explicar que los habitantes de Sydney han experimentado una gran alegría acogiendo a los cientos de miles de peregrinos que llegaron para participar de la JMJ, el Purpurado indicó que este evento "ha sido un éxito espiritual y religioso. El éxito no viene simplemente de los números, de la buena organización o del buen tiempo, si bien estos factores ayudan. Los criterios más importantes para el éxito son espirituales y es imposible cuantificar con precisión los frutos religiosos".
Seguidamente resaltó que "no podemos tener certeza de cómo opera la economía divina, pero la acogida que recibió el Vía Crucis ha mostrado la potencia espiritual de Cristo Nuestro Señor y de su historia redentora".