25 de julio de 2008 / 05:19 AM
Ante la conmoción que causó en la feligresía chilena la muerte de una mujer que se confesaba testigo de Jehová y se negó a someterse a una transfusión de sangre, el Obispo de Rancagua, Mons. Alejandro Goic, explicó que "respetar la conciencia de cada persona", no excluye el deber de "salvaguardar el respeto a la vida".
El Obispo, que preside la Conferencia Episcopal Chilena (CECH), lamentó la muerte de la ciudadana Edith Morales, una chilena de 52 años, que falleció en Rancagua víctima de leucemia luego de negarse a recibir transfusiones de sangre a raíz de sus creencias y a pesar de que sus familiares deseaban someterla al tratamiento para procurar salvar su vida.
Mons. Goic expresó sus condolencias a los familiares y recordó que Morales "pertenecía a los Testigos de Jehová que rechazan absolutamente la posibilidad de transfusiones de sangre, como camino para recuperar la salud. De hecho, no se permitió en ella la transfusión de sangre".