El Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, llamó a los fieles a reflexionar sobre el sentido del matrimonio, como un sacramento en el que los contrayentes se comprometen ante Dios a amarse y respetarse hasta que la muerte los separe; y recordar que éste no es un evento social "para exhibir sus relaciones en el medio o para hacer ostentación de su riqueza".
"Para muchas personas las bodas son una celebración de carácter social, un pretexto para exhibir sus relaciones en el medio o para hacer ostentación de su riqueza; en fin, un acontecimiento que tiene todo, menos un carácter religioso, cuando deberían constituir para los fieles cristianos, un acto sagrado", donde Dios es testigo de "las solemnes promesas de amarse, de respetarse y ser fieles por todos los días de la vida", expresó el Purpurado en un artículo publicado en el Semanario, órgano informativo de la arquidiócesis.
Sin embargo, el Arzobispo lamentó que "la mayoría de los contrayentes no se prepara para esto, sino que ve el matrimonio eclesiástico como un evento puramente social y en lo que más piensan es en cómo vestirse y que vestido llevarán los asistentes", en la música, que muchas veces no es sacra, y en celebrar la boda en un lugar que no es el templo.
