Al recibir en el Vaticano a los prelados de la Conferencia Episcopal de Malasia, Singapur y Brunei, que acaban de concluir su visita "ad limina", el Papa Benedicto XVI aseguró que "la fe de la Iglesia en Jesús es un don recibido y que hay que compartir; es el don más grande que la Iglesia puede ofrecer a Asia".
"Afortunadamente, los pueblos de Asia anhelan intensamente a Dios y al transmitirles el mensaje que vosotros habéis recibido sembráis las semillas de la evangelización en tierra fértil", indicó el Pontífice y recordó que su visita a Roma coincidía con los preparativos del Año Paulino por lo que les invitó a seguir el ejemplo del apóstol, "maestro excelente y valiente testigo de la verdad del Evangelio".
"Para que la fe florezca es necesario, sin embargo, que eche raíces profundas en el suelo asiático y que no sea percibida como una importación extranjera, extraña a la cultura y a la tradición de vuestros pueblos. Recordando como San Pablo predicó la Buena Nueva a los atenienses, estáis llamados a presentar la fe cristiana en una forma que vibre con la innata profundidad espiritual y la sabiduría moral del alma asiática, para que la acoja y la haga suya", indicó.