Los 50 mil fieles que se congregaron ayer en el estadio de béisbol de la Universidad Central de Venezuela fueron testigos de la beatificación de la Madre Candelaria de San José, segunda beata de este país. La Eucaristía la presidió el Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Tras la lectura del Cardenal Jorge Urosa Sabino del documento donde se solicita la inscripción de la Madre Candelaria en el Catálogo de los beatos, el Cardenal Saraiva proclamó: "acogiendo el parecer del Arzobispado de Caracas, hermanos en el Episcopado y muchos fieles, con nuestra autoridad apostólica concedemos que la Madre Candelaria, quien en nombre de Jesús entregó su vida en amor hacia los pobres y enfermos, de ahora en adelante sea llamada beata y se pueda celebrar su fiesta en todos los lugares cada año el 1 de febrero'.
En su homilía, el Prefecto destacó que la obra de la beata Candelaria evidencia la teología del consuelo porque en su actuar transmitió alegría al enfermo, por eso Dios consolaba a través de ella. 'El amor a Dios está íntimamente unido con la caridad al prójimo. Ella testimonia que sólo el amor puede cambiar la vida del ser humano. Nos invita a preocuparnos por los enfermos, aliviar la soledad de los ancianos y los pobres'.