El Arzobispo Emérito de México, Cardenal Ernesto Corripio Ahumada, falleció esta mañana a las 05:30 a.m., en su domicilio, según informó el P. Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, quien explicó además que el deceso se produjo tras "un deterioro continuo" en la salud del Purpurado.
"Fue un gran pastor, muy querido por el pueblo, por la gente", dijo el sacerdote, quien recordó que el Cardenal Corripio fue "un hombre que vivió heroicamente su ministerio sacerdotal y arzobispal" y que enfrentó "con enorme paciencia" la diabetes que padecía y "nunca se desesperó" por ella.
El jueves Santo había sufrido una trombosis en el brazo izquierdo, de la cual no se recuperó. Además, el Purpurado sufría de diabetes desde hace algunos años y los doctores estaban pensando en la posibilidad de amputarle la otra pierna.