2 de abril de 2008 / 10:02 AM
Al presidir una solemne Eucaristía por el tercer aniversario de la muerte del Siervo de Dios Juan Pablo II, el Papa Benedicto XVI pidió a la Iglesia seguir las enseñanzas y el ejemplo del fallecido Pontífice, que encarnó en su vida la frase evangélica "No tengáis miedo" y mostró "el secreto de toda la vida cristiana".
Ante las 40 mil personas reunidas en la Plaza de San Pedro, el Papa recordó a su antecesor como un hombre de "cualidades humanas y sobrenaturales" y destacó su "excepcional sensibilidad espiritual y mística".
"Bastaba observarlo mientras rezaba: se sumergía literalmente en Dios y parecía que en aquellos momentos todo el resto le resultase extraño. La Santa Misa, como repetía con frecuencia, era para él el centro de cada jornada y de toda la existencia. La realidad ‘viva y santa’ de la Eucaristía le daba la energía espiritual para guiar el Pueblo de Dios en el camino de la historia", indicó en la Misa concelebrada por el Colegio Cardenalicio.