10 de febrero de 2008 / 09:01 AM
El Papa Benedicto XVI recordó durante la oración dominical del Ángelus, que la Cuaresma debe ser para los cristianos un tiempo de "combate espiritual" contra el mal, acompañado de la presencia y el llamamiento de la Virgen de Lourdes.
Tras preguntar qué significa ingresar a la Cuaresma, el Santo Padre respondió que "significa iniciar un tiempo de particular compromiso en el combate espiritual que nos opone al mal presente en el mundo, en cada uno de nosotros y alrededor de nosotros. Quiere decir mirar al mal en la cara y disponerse a luchar contra sus efectos, sobre todo contra las causas, hasta la causa última, que es Satanás. Significa no descargar los problemas del mal sobre los otros, sobre la sociedad o sobre Dios, sino reconocer las propias responsabilidades y asumirlas concientemente".
Benedicto XVI explicó que en esto consiste "cargar la cruz", que "por más pesada que sea, no es sinónimo de una desgracia que hay que evitar lo más posible, sino una oportunidad para ponerse a seguir a Jesús y así adquirir fuerza en la lucha contra el pecado y el mal".