Al dedicar la catequesis de este miércoles a la importante figura de San Ambrosio de Milán, el Papa Benedicto XVI destacó que quienes tienen la tarea de predicar las enseñanzas de la Iglesia no puede ser como un payaso que sólo interpreta un papel, sino que deben dar un testimonio de vida.
Ante más de 30 000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice recordó que San Ambrosio (340 ca. - 397), considerado uno de los cuatro máximos doctores de la Iglesia, aprendió de Orígenes a conocer y a comentar la Biblia.
Así, “trasladó al ambiente latino la meditación de las Escrituras, iniciando en Occidente la práctica de la ‘lectio divina’, la cual orientó su predicación y escritos, que brotan precisamente de la escucha de la Palabra de Dios".