Al dedicar la Audiencia General de este miércoles al Doctor de la Iglesia San Hilario de Poitiers, el Papa Benedicto XVI destacó que el camino de Cristo está abierto a todos los hombres, pero es necesaria la conversión personal.
Hablando ante más de 23 000 personas reunidas en la Plaza de San Pedro, el Pontífice recordó que el santo, nacido alrededor del 310, se crió probablemente en el paganismo y después de un camino de búsqueda de la verdad se convirtió al cristianismo y se bautizó.
Hilario fue luego elegido Obispo de su ciudad natal hacia el 353, y su oposición al arrianismo, que negaba la naturaleza divina de Cristo, le valió en el año 356 el destierro a Frigia, ordenado por el emperador Constancio, que se había alineado con las decisiones del sínodo de Béziers, donde la mayoría de los obispos eran arrianos.