Amnistía Internacional (AI), a través de distintos representantes suyos en diversas partes del mundo, reafirmó su posición anti-vida luego de dar a conocer, recientemente, que apoyará el aborto por considerarlo un derecho humano; y atacó a la Iglesia a la que acusa de poner en peligro el trabajo que realizan.
La Secretaria General de AI, Kate Gilmore, señaló que “tenemos la suciedad bajo las uñas y la sangre y el dolor de las personas a las que estamos respondiendo. La Iglesia Católica, mediante una mala interpretación de nuestra posición sobre algunos aspectos del aborto, pone en peligro nuestro trabajo en derechos humanos”.
Gilmore opinó que AI defiende el derecho de la Iglesia de pronunciarse en materia moral, pero nada más, ya que “nuestros propósitos convocan a la ley y el estado, no a Dios. Eso significa que algunas veces el marco secular de los derechos humanos que Amnistía mantiene, a veces convergerán con la perspectiva de comunidades basadas en la fe, pero a veces no”.