Al respecto, el Papa subrayó que “la fe cristiana nace no del acoger una doctrina sino del encuentro con una Persona, con Cristo, muerto y resucitado. En nuestra existencia cotidiana, queridos amigos, son muchas las ocasiones para comunicar a los demás nuestra fe de forma sencilla y convincente, de modo que de este encuentro nazca su fe. Y es de gran urgencia, que los hombres y las mujeres de nuestra época conozcan y encuentren a Jesús y, gracias también a nuestro ejemplo, se dejen conquistar por Él”.
"El Evangelio no dice nada de María, sin embargo, la tradición cristiana ama contemplarla mientras se alegra nuevamente más por cada uno al volver a abrazar a su divino Hijo, que se había unido a sí cuando fue puesto en la Cruz. Entonces, después de la resurrección, la Madre del Redentor goza con los ‘amigos’ de Jesús, que constituyen la Iglesia naciente. Al tiempo que renuevo de corazón a todos ustedes mis felicitaciones pascuales, invoco a Ella, la Reina del Cielo, para que mantenga viva la fe en la resurrección en cada uno de nosotros y nos haga mensajeros de la esperanza y del amor de Cristo resucitado”, indicó.
Tras el rezo mariano y el responso por los fieles difuntos, Benedicto XVI envió sus felicitaciones en varios idiomas, saludando “cordialmente” a los peregrinos de lengua española, “en este lunes de la Octava de Pascua, en la cual la tradición y la liturgia invitan de manera especial a tomar conciencia de que Cristo resucitado ya no muere más, y por ello exhorta a profundizar en el misterio y el compromiso bautismal. Feliz tiempo de Pascua”.