En un mensaje titulado “¡Vence tú el mal a fuerza de bien!” y publicado al concluir su Asamblea anual, la Conferencia Episcopal de Guatemala denunció los graves problemas sociales del país e hizo un enérgico llamado a redescubrir la ética cristiana.
Los obispos observan en primer lugar que “sigue sin resolverse la conflictividad en torno al tema agrario, que llega a su expresión más violenta en los desalojos de fincas”; y señalan que “hasta hoy el Congreso de la República no ha aprobado las reformas a la Ley de Minería, propiciando que las posibilidades de confrontaciones se hagan mayores”.
El Episcopado guatemalteco lamenta especialmente que “tantos hermanos nuestros deban emigrar para encontrar en el extranjero el ingreso económico que no pueden generar aquí por la falta de puestos de trabajo dignos”; y agregan que “la deportación masiva y forzada de muchos de nuestros compatriotas agrava la situación de desempleo y el sentimiento de frustración de la población”.