Ante miles de fieles que se reunieron en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical el día en que la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, el Papa Benedicto XVI hizo un llamado a ver en la migración "no solo un problema" sino una bendición para el mundo.
El Santo Padre exhortó a mirar a la “santa Familia de Nazaret, ícono de todas las familias, porque refleja la imagen de Dios custodiada en el corazón de toda humana familia, incluso cuando a veces es debilitada y desfiguradas por las pruebas de la vida”.
Asimismo el Pontífice destacó que en el “drama de la Familia de Nazaret vemos la dolorosa condición de tantos inmigrantes… reconocemos en particular las dificultades de la familia inmigrante como tales: malos momentos, humillaciones, dificultades, fragilidades”.