22 de noviembre de 2006 / 10:04 AM
Al ofrecer hoy su última reflexión dedicada a San Pablo en el marco de las audiencias generales de los miércoles, el Papa Benedicto XVI explicó la especial presencia de la Iglesia en la vida, pensamientos y corazón del Apóstol y precisó que para éste la grandeza y nobleza de la Iglesia radica en que es “casi una extensión” de la presencia de Cristo en el mundo.
Ante miles de feligreses congregados en la Plaza de San Pedro pese a la intensa lluvia, el Santo Padre recordó que para San Pablo "el primer contacto con la persona de Jesús tuvo lugar a través del testimonio de la comunidad cristiana de Jerusalén" y "esto nos lleva a una primera e importante observación: a Jesús se llega normalmente, para acogerlo o rechazarlo, con la mediación de la comunidad creyente".
"De alguna manera esto fue lo que le pasó a Pablo", pero en su caso "la adhesión a la Iglesia fue propiciada por una intervención directa de Cristo que, revelándose en el camino de Damasco, se identificó con la Iglesia y le hizo entender que perseguir a la Iglesia era perseguirlo. De ahí se comprende porqué la Iglesia haya estado después tan presente en los pensamientos, el corazón y la actividad de Pablo".