Unos 40 mil feligreses se dieron cita esta mañana en la Plaza de San Pedro para participar en la Audiencia General con el Papa Benedicto XVI, quien al presentar las figuras de los apóstoles Simón Cananeo y Judas Tadeo recordó que el diálogo no debe perder de vista las líneas maestras e irrenunciables de la identidad cristiana.
Sobre la carta del Nuevo Testamento atribuida a Judas, cuyo sobrenombre Tadeo significa "magnánimo", el Santo Padre destacó que su "preocupación central es alertar a los cristianos de todos los que con el pretexto de la gracia de Dios se excusan de sus desenfrenos y engañan a otros con enseñanzas inaceptables, introduciendo divisiones en la Iglesia".
"Quizá hoy no estamos acostumbrados a utilizar un lenguaje tan polémico –observó el Papa–, que si bien con imágenes muy hermosas no deja de decir con mucha claridad lo que caracteriza al cristianismo y lo que es incompatible con él".