17 de septiembre de 2006 / 08:50 AM
Miles de peregrinos se dieron cita este mediodía en el cortil del Palacio Apostólico de Castelgandolfo para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien al introducir la oración se refirió a la Cruz como el signo por excelencia del Amor que vence el odio y la violencia.
El Santo Padre reflexionó sobre dos celebraciones litúrgicas: la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, celebrada el 14 de septiembre, y la memoria de la Virgen Dolorosa, celebrada el día siguiente.
“Estas dos celebraciones litúrgicas –dijo el Papa– se pueden resumir visiblemente en la tradicional imagen de la Crucifixión que representa a la Virgen María al pie de la Cruz, según la descripción del evangelista Juan, único entre los Apóstoles en permanecer junto a Jesús moribundo”.