Hoy por la mañana el Papa Benedicto XVI, meditando sobre la Asunción de la Virgen María, hizo una invitación a vivir en perspectiva de eternidad y a la apertura a Dios como única respuesta capaz de saciar la sed de verdad y felicidad del corazón humano.
Al inicio de su catequesis durante la audiencia de los miércoles celebrada en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, el Pontífice afirmó que “esta fiesta celebra la glorificación corporal de aquella criatura que Dios escogió como Madre y que Jesús en la Cruz dio por Madre a toda la humanidad”.
Citando el Concilio Vaticano II agregó que “María brilla en la tierra como signo de segura esperanza y consolación para el pueblo de Dios que está en camino”.