El próximo 7 de noviembre el voto de los ciudadanos de California decidirá si los padres de familia pueden o no dar su consentimiento para que sus hijas menores se sometan a una práctica abortiva y evitar historias como la de Diana López, una hispana que no pudo impedir que a su hija de 13 años de edad le practicaran un aborto por iniciativa de la madre de su novio.
El 30 de julio del 2004 Diana López recibió una llamada de la escuela informándole que su hija había sido llevada a un hospital porque estaba sangrando. Fue muy tarde. La niña había sido llevada a un centro de abortos de Planned Parenthood, donde le practicaron un aborto en el quinto mes de gestación, orquestado por la madre del novio y el personal de Planned Parenthood.
Diana ni siquiera sabía que su hija estaba embarazada y asegura que de haberlo sabido, la hubiera apoyado e insistido en que tuviera a su bebé en lugar de tener un aborto secreto.