28 de mayo de 2006 / 03:25 PM
El Papa Benedicto XVI cerró su viaje a Polonia con una visita al campo de concentración de Auschwitz donde pidió a Dios la reconciliación "para todos aquellos que, en esta hora de nuestra historia, sufren en nuevas formas el poder del odio y la violencia que el odio engendra".
En la solemne y silente ceremonia, el Papa rezó y ofreció un cirio encendido por los millones de judíos y católicos que perecieron aquí durante la persecución nazi.
El Papa aseguró que el motivo de su visita de hoy es "implorar la gracia de la reconciliación, ante todo de Dios, que puede abrir y purificar nuestros corazones, de los hombres y mujeres que sufrieron aquí y finalmente la gracia de la reconciliación para todos aquellos que, en esta hora de nuestra historia, sufren en nuevas formas el poder del odio y la violencia que el odio engendra".