Ante dos millones de polacos reunidos en el centro de Cracovia, el Papa Benedicto XVI celebró una Eucaristía en la que recordó a los presentes que todo ser humano está llamado a la vida eterna, orientación que tiene desde la creación y que encierra el sentido definitivo de su vida.
El Santo Padre meditó sobre la interrogante “Hombres de Galilea, ¿por qué miráis al cielo?” afirmando que “bajo esta pregunta está encerrada la verdad fundamental sobre la vida y sobre el destino del hombre”.
Sobre la realidad terrena dijo: “Estamos sobre la tierra, porque el Creador nos ha puesto aquí como coronación de la obra de la creación. El omnipotente Dios, conformemente a su infalible plan de amor, creó el cosmos, lo creó de la nada. Y tras haber realizado esta obra, llamó a la existencia al hombre, creado a su imagen y semejanza. Le agregó la dignidad del hijo de Dios y la inmortalidad.”