¿Progenitores A y B?: Dura crítica del Arzobispo de Valencia a ley sobre matrimonio y familia

Como respuesta a la sustitución en los registros civiles españoles de los términos “padre” y “madre” por “progenitor A” y “progenitor B”, el Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, advierte que “quienes están haciendo desaparecer el significado jurídico y social de `ser padre´ y de `ser madre´ están poniendo sus consignas ideológicas para destruir la sociedad familiar y, con ella, la sociedad misma".

En su carta de esta semana, el Prelado califica tal medida de “ridícula” y considera que "la legislación española en materia de matrimonio y familia es cada día más mentirosa, sectaria y radical” y, además, “falta a la verdad del ser humano y a la misma naturaleza".

Esta “inversión perversa” de la jerarquía de los valores sociales “no promete ni avecina nada bueno”, augura el Arzobispo que urge a las familias a “romper silencios absurdos” porque “quejarnos o reírnos de las disparatadas políticas antifamiliares no basta”.

En su misiva, “La familia, fuente de solidaridad”, Mons. García-Gasco anima a las familias a “crecer en la conciencia de ser protagonistas de la política familiar y asumir la responsabilidad de transformar la sociedad”. La familia "no es una consigna ideológica a la que se pueda atacar impunemente: la familia es el mejor caudal de solidaridad de las personas y los pueblos", dice el Prelado.

Para el Arzobispo de Valencia, la familia "es la primera comunidad eficaz para resolver los nuevos retos sociales que presenta la vida" y, además, "hace presentes en la sociedad los valores más genuinos, aquellos que contemplan al ser humano en toda su dignidad, y que asumen y protegen su vulnerabilidad".

La solidaridad familiar se expresa de manera privilegiada como una “casa preparada”, como un “hogar acogedor”, especialmente para los más vulnerables. Precisamente, “el crédito histórico de la familia por los servicios que aporta a la cultura y a la civilización, al reconocimiento de la dignidad humana y del progreso de los pueblos, se ha visto enriquecido en el siglo XX con las nuevas aportaciones de la solidaridad familiar”, explica el Prelado.

Más adelante, Mons. García-Gasco sostiene que "en el viaje de la vida somos muchos los que creemos que resulta imprescindible tener un norte" y señala que "es innato el sentido de búsqueda de algo por lo que vale la pena vivir y desvivirse". En este sentido, el prelado destaca que el cristianismo "anuncia a todo ser humano que honrar a la familia, a tu padre y a tu madre es vivir en el espíritu de Dios".