Sábado 9 de noviembre

Evangelio según San Juan, capítulo 2, versículos del 13 al 22

13 La Pascua de los judíos estaba próxima, y Jesús subió a Jerusalén. 14 En el Templo encontró a los mercaderes de bueyes, de ovejas y de palomas, y a los cambistas sentados (a sus mesas). 15 Y haciendo un azote de cuerdas, arrojó del Templo a todos, con las ovejas y los bueyes; desparramó las monedas de los cambistas y volcó sus mesas. 16 Y a los vendedores de palomas les dijo: "Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre un mercado". 17 Y sus discípulos se acordaron de que está escrito: "El celo de tu Casa me devora". 18 Entonces los judíos le dijeron: "¿Qué señal nos muestras, ya que haces estas cosas?" 19 Jesús les respondió: "Destruid este Templo, y en tres días Yo lo volveré a levantar". 20 Replicáronle los judíos: "Se han empleado cuarenta y seis años en edificar este Templo, ¿y Tú, en tres días lo volverás a levantar?" 21 Pero Él hablaba del Templo de su cuerpo. 22 Y cuando hubo resucitado de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto, y creyeron a la Escritura y a la palabra que Jesús había dicho.

Comentario

14. Estos mercaderes que profanaban la santidad del Templo, tenían sus puestos en el atrio de los gentiles. Los cambistas trocaban las monedas corrientes por la moneda sagrada, con la que se pagaba el tributo del Templo. Cf. Mat. 21, 12 s.; Marc. 11, 15 ss.; Luc. 19, 45 ss.

16. El Evangelio es eterno, y no menos para nosotros que para aquel tiempo. Cuidemos, pues, de no repetir hoy este mercado, cambiando simplemente las palomas por velas o imágenes.

17. Cf. S. 68, 10; Mal. 3, 1 - 3.

18. A los ojos de los sacerdotes y jefes del Templo, Jesús carecía de autoridad para obrar como lo hizo. Sin embargo, con un ademán se impuso a ellos, y esto mismo fue una muestra de su divino poder, como observa S. Jerónimo.

19. Véase Mat. 26, 61: "El ha dicho: "Yo puedo demoler el templo de Dios, y en el espacio de tres días reedificarlo".


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios