Viernes 1 de noviembre

Evangelio según San Mateo Capítulo 5, versículos del 1 al 12

El sermón de la montaña. Las ocho Bienaventuranzas.

1 Al ver estas multitudes, subió a la montaña, y habiéndose sentado, se le acercaron sus discípulos. 2 Entonces, abrió su boca, y se puso a enseñarles así: 3 "Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque a ellos pertenece el reino de los cielos. 4 Bienaventurados los afligidos, porque serán consolados. 5 Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra. 6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán hartados. 7 Bienaventurados los que tienen misericordia, porque para ellos habrá misericordia. 8 Bienaventurados los de corazón puro, porque verán a Dios. 9 Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque a ellos pertenece el reino de los cielos. 11 Dichosos seréis cuando os insultaren, cuando os persiguieren, cuando dijeren mintiendo todo mal contra vosotros, por causa mía. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros".

Comentario

3. Pobres en el espíritu son, como observa Sto. Tomás, citando a San Agustín, no solamente los que no se apegan a las riquezas (aunque sean materialmente ricos), sino principalmente los humildes y pequeños que no confían en sus propias fuerzas y que están, como dice S. Crisóstomo, en actitud de un mendigo que constantemente implora de Dios la limosna de la gracia. En este sentido dice el Magnificat: "A los hambrientos llenó de bienes y a los ricos dejó vacíos" (Luc. 1, 53: "llenó de bienes a los hambrientos, y a los ricos despidió vacíos")

4. Los mansos tendrán por herencia el reino de los cielos, cuya figura era la tierra prometida.

8. Verán a Dios: "Los limpios de corazón son los que ven a Dios, conocen su voluntad, oyen su voz, interpretan su palabra. Tengamos por cierto que para leer la Santa Biblia, sondear sus abismos y aclarar la oscuridad de sus misterios poco valen las letras y ciencias profanas, y mucho la caridad y el amor de Dios y del prójimo" (S. Agustín).


Estos comentarios corresponden a la versión electrónica de la Biblia y Comentario de Mons. Juan Straubinger, cortesía de VE Multimedios