Población 16,5 millones: Musulmanes 85%, cristianos 7,8% (católicos 325.000)

Una característica del cristianismo sirio es su multiforme composición. Se trata, por consistencia numérica, de greco-ortodoxos (500.000), melquitas (200.000), armenios gregorianos (150.000), seguidos por los ortodoxos, siro-católicos, armenios católicos, maronitas, asirios, caldeos, protestantes y latinos. El mantenimiento de un cuadro de laicidad institucional (el Islam no religión de Estado, sino sólo la del Jefe de Estado) asegura a los cristianos sirios un tratamiento tendencialmente igualitario.

El Partido Baath (en árabe Resugirmiento), en el poder desde 1964, trata en efecto de integrar las varias minorías del país en una concepción más amplia de "arabidad". Las comunidades cristianas tienen libertad de comprar terrenos y construir iglesias u otras estructuras pastorales, y los sacerdotes están exentos del servicio militar.

En las escuelas, los estudiantes cristianos deben seguir el curso de catecismo -unificado para todas las comunidades- mientras que sus compañeros siguen lecciones de religión islámica. Las escuelas privadas cristianas, nacionalizadas en los años '50, dependen hoy de la Iglesia, que recibe las inscripciones y asume a los profesores, pero son dirigidas por un inspector nombrado por el gobierno con el cometido de controlar el programa educativo.

En Siria, la amenaza de los movimientos fundamentalistas ha sido contrarrestada con la represión, reforzando de tal modo la cohesión de los cristianos en torno a un gobierno considerado "garante" de su sobrevivencia. Pero la situación está ligada al perdurar de un régimen autoritario, también él minoritario (alauita, el 11% de la población). De aquí la extrema prudencia manifestada por los cristianos hacia un gobierno que les protege por el momento, pero corre peligro de condenarlos a sufrir en el futuro la revancha de un poder intransigente sunnita (el 75% de la población).