Lecturas diarias:
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Primera Lectura
Ageo 2:1-9
1El día vigésimo primero del séptimo mes, la palabra del Señor fue dirigida, por medio del profeta Ageo, diciendo:2—Háblale a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, y diles:3«¿Quién queda entre vosotros que haya visto este Templo en su primitiva gloria? ¿Cómo lo veis ahora? ¿No os parece a vuestros ojos como nada?4Ahora: ¡ánimo, Zorobabel! —oráculo del Señor—, ¡ánimo, Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote!, ¡ánimo, todo el pueblo llano! —oráculo del Señor—. Poneos a la obra, que Yo estoy con vosotros —oráculo del Señor de los ejércitos—,5según la palabra que pacté con vosotros cuando salisteis de Egipto. Mi Espíritu está en medio de vosotros: no temáis.6Pues así dice el Señor de los ejércitos:
“Todavía un poco y Yo sacudiré cielos y tierra, mar y tierra firme.7Haré temblar a todas las naciones,
y vendrán los tesoros de todas las naciones; llenaré de gloria este Templo, dice el Señor de los ejércitos.8Mía es la plata y mío el oro
—oráculo del Señor de los ejércitos—.9Mayor será la gloria de este Templo,
el postrero, que la del primero —dice el Señor de los ejércitos—. En este lugar daré la paz —oráculo del Señor de los ejércitos—”». -
Salmo Responsorial
Salmo 43:1-4
1Hazme justicia, Dios mío,
y defiende mi causa de gente sin piedad; líbrame del hombre falso y perverso.2Tú eres el Dios de mi refugio.
¿Por qué me rechazas? ¿Por qué he de andar entristecido por la opresión del enemigo?3Envía tu luz y tu verdad;
que ellas me guíen y me conduzcan a tu monte santo, a tus moradas;4Y me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi alegría y de mi gozo, y te alabaré con la cítara, ¡oh Dios, Dios mío! -
Evangelio
Lucas 9:18-22
18Cuando estaba haciendo oración a solas, y se encontraban con él los discípulos, les preguntó:
—¿Quién dicen las gentes que soy yo?19Ellos respondieron:
—Juan el Bautista. Pero otros que Elías, y otros que ha resucitado uno de los antiguos profetas.20Pero él les dijo:
—Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Respondió Pedro: —El Cristo de Dios.21Pero él les amonestó y les ordenó que no dijeran esto a nadie.22Y añadió que el Hijo del Hombre debía padecer mucho y ser rechazado por causa de los ancianos, de los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, y ser llevado a la muerte y resucitar al tercer día.
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Primera Lectura
1 Corintios 1:26-31
26Considerad, si no, hermanos, vuestra vocación; porque no hay entre vosotros muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;27sino que Dios escogió la necedad del mundo para confundir a los sabios, y Dios eligió la flaqueza del mundo para confundir a los fuertes;28escogió Dios a lo vil, a lo despreciable del mundo, a lo que no es nada, para destruir lo que es,29de manera que ningún mortal pueda gloriarse ante Dios.30De Él os viene que estéis en Cristo Jesús, a quien Dios lo hizo para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención,31para que, como está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor. -
Salmo Responsorial
Salmo 112:1-9
1Aleluya.
(Alef) Dichoso el hombre que teme al Señor, (Bet) y se complace de lleno en sus mandamientos.2(Guímel) Poderoso en la tierra será su linaje.
(Dálet) Bendita será la descendencia de los rectos.3(He) En su casa habrá fortuna y riqueza;
(Vav) su justicia permanecerá para siempre.4(Záin) Para los rectos brilla como luz en las tinieblas,
(Het) el clemente, compasivo y justo.5(Tet) Feliz el hombre compasivo y que presta,
(Yod) y que administra sus asuntos con justicia;6(Kaf) no vacilará jamás.
(Lámed) El justo será siempre recordado;7(Mem) no temerá las malas noticias;
(Nun) su corazón está firme, confiado en el Señor;8(Sámek) su corazón está seguro, sin temer,
(Áin) hasta que mire por encima a sus enemigos.9(Pe) Reparte generosamente a los pobres;
(Sade) su justicia permanece para siempre; (Qof) lleva alta su frente con honor. -
Evangelio
Mateo 9:35-38
35Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en sus sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.36Al ver a las multitudes se llenó de compasión por ellas, porque estaban maltratadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor.37Entonces les dijo a sus discípulos:
—La mies es mucha, pero los obreros pocos.38Rogad, por tanto, al señor de la mies que envíe obreros a su mies.

