Sábado Memoria de la Santísima Virgen María

julio 27, 2013

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Éxodo 24:3-8

    3Vino, pues, Moisés y contó al pueblo todas las palabras del Señor y todas las normas. Y el pueblo entero respondió a una sola voz:
    —Haremos todo lo que ha dicho el Señor.
    4Luego Moisés escribió todas las palabras del Señor y, levantándose temprano por la mañana, construyó al pie de la montaña un altar y doce estelas por las doce tribus de Israel.
    5Mandó a algunos jóvenes de los hijos de Israel que ofrecieran holocaustos y que inmolaran novillos como sacrificio de comunión en honor del Señor.
    6Entonces Moisés tomó la mitad de la sangre y la echó en unos recipientes; la otra mitad la vertió sobre el altar.
    7Tomó después el libro de la alianza y lo leyó a oídos del pueblo, que respondió:
    —Haremos y obedeceremos todo lo que ha dicho el Señor.
    8A continuación tomó Moisés la sangre y roció con ella al pueblo, diciendo:
    —Ésta es la sangre de la alianza que ha hecho el Señor con vosotros de acuerdo con todas estas palabras.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 50:1-2, 5-6, 14-15

    1Salmo. De Asaf.
    El Dios de los dioses, el Señor, habla y convoca a la tierra desde la salida del sol hasta su ocaso.
    2Desde Sión, dechado de hermosura, Dios resplandece.
    5«Reunid ante mí a mis fieles,
    los que han sellado mi alianza con el sacrificio».
    6Que los cielos pregonen su justicia,
    porque Dios mismo es el juez.
    14Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,
    cumple tus votos al Altísimo,
    15e invócame en el día de angustia:
    Yo te libraré y tú me glorificarás.

  • Evangelio

    Mateo 13:24-30

    24Les propuso otra parábola:
    —El Reino de los Cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo.
    25Pero, mientras dormían los hombres, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue.
    26Cuando brotó la hierba y echó espiga, entonces apareció también la cizaña.
    27Los siervos del amo de la casa fueron a decirle: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?»
    28Él les dijo: «Algún enemigo lo habrá hecho». Le respondieron los siervos: «¿Quieres que vayamos a arrancarla?»
    29Pero él les respondió: «No, no vaya a ser que, al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo.
    30Dejad que crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega les diré a los segadores: “Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, en cambio, almacenadlo en mi granero”».