San Pedro de Alcántara, Presbítero (Memoria Libre)

octubre 22, 2013

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Romanos 5:12, 15, 17-19, 20-21

    12Por tanto, así como por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo, y a través del pecado la muerte, y de esta forma la muerte llegó a todos los hombres, porque todos pecaron…
    15Pero el don no es como la caída; porque si por la caída de uno solo murieron todos, cuánto más la gracia de Dios y el don que se da en la gracia de un solo hombre, Jesucristo, sobreabundó para todos.
    17Pues si por la caída de uno solo la muerte reinó por medio de uno solo, mucho más los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia reinarán en la vida por medio de uno solo, Jesucristo.
    18Por consiguiente, como por la caída de uno solo la condenación afectó a todos los hombres, así también por la justicia de uno solo la justificación, que da la vida, alcanza a todos los hombres.
    19Pues como por la desobediencia de un solo hombre todos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno solo todos serán constituidos justos.
    20La Ley se introdujo para que se multiplicara la caída; pero una vez que se multiplicó el pecado, sobreabundó la gracia,
    21para que, así como reinó el pecado por la muerte, así también reinase la gracia por medio de la justicia para vida eterna por nuestro Señor Jesucristo.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 40:7-10, 17

    7No quisiste sacrificio ni ofrenda,
    pero me abriste el oído. No pediste holocausto ni sacrificio de expiación;
    8entonces dije: «Aquí estoy
    —como está escrito acerca de mí en el Libro—
    9para hacer tu voluntad, Dios mío».
    Ése es mi querer, pues llevo tu Ley dentro de mí.
    10He anunciado la justicia en la gran asamblea;
    no he cerrado mis labios, Señor, Tú lo sabes bien.
    17Que se gocen y se alegren en Ti
    todos los que te buscan. Digan sin cesar: «¡Grande es el Señor!», los que aman tu salvación.

  • Evangelio

    Lucas 12:35-38

    35»Tened ceñidas vuestras cinturas y encendidas las lámparas,
    36y estad como quienes aguardan a su amo cuando vuelve de las nupcias, para abrirle al instante en cuanto venga y llame.
    37Dichosos aquellos siervos a los que al volver su amo los encuentre vigilando. En verdad os digo que se ceñirá la cintura, les hará sentar a la mesa y acercándose les servirá.
    38Y si viniese en la segunda vigilia o en la tercera, y los encontrase así, dichosos ellos.

  • Primera Lectura

    Filipenses 3:8-14

    8Es más, considero que todo es pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él perdí todas las cosas, y las considero como basura con tal de ganar a Cristo
    9y vivir en él, no por mi justicia, la que procede de la Ley, sino por la que viene de la fe en Cristo, justicia que procede de Dios, por la fe.
    10Y, de este modo, lograr conocerle a él y la fuerza de su resurrección, y participar así de sus padecimientos, asemejándome a él en su muerte,
    11con la esperanza de alcanzar la resurrección de entre los muertos.
    12No es que ya lo haya conseguido, o que ya sea perfecto, sino que continúo esforzándome por ver si lo alcanzo, puesto que yo mismo he sido alcanzado por Cristo Jesús.
    13Hermanos, yo no pienso haberlo conseguido aún; pero, olvidando lo que queda atrás, una cosa intento: lanzarme hacia lo que tengo por delante,
    14correr hacia la meta, para alcanzar el premio al que Dios nos llama desde lo alto por Cristo Jesús.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 16:1-2, 5, 7-8, 11

    1Mictam. De David.
    Guárdame, Dios mío, que me refugio en Ti.
    2Yo digo al Señor:
    «Tú eres mi Señor. No tengo otro bien que Tú».
    5Señor, Tú eres el lote de mi heredad y de mi copa:
    Tú sostienes mi parte.
    7Yo bendigo al Señor, que me aconseja;
    hasta de noche mi corazón me instruye.
    8Pongo ante mí al Señor sin cesar;
    con Él a mi derecha, no vacilo.
    11Me enseñas la senda de la vida,
    saciedad de gozo en tu presencia, dicha perpetua a tu derecha. 

  • Evangelio

    Lucas 12:22-31

    22Les dijo a sus discípulos:
    —Por eso os digo: no estéis preocupados por vuestra vida: qué vais a comer; o por vuestro cuerpo: con qué os vais a vestir.
    23Porque la vida vale más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido.
    24Fijaos en los cuervos: no siembran ni siegan; no tienen despensa ni granero, pero Dios los alimenta. ¡Cuánto más valéis vosotros que los pájaros!
    25¿Quién de vosotros por mucho que cavile puede añadir un codo a su estatura?
    26Si no podéis ni lo más pequeño, ¿por qué os preocupáis por las demás cosas?
    27Contemplad los lirios, cómo crecen; no se fatigan ni hilan, y yo os digo que ni Salomón en toda su gloria pudo vestirse como uno de ellos.
    28Y si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios la viste así, ¡cuánto más a vosotros, hombres de poca fe!
    29Así, vosotros no andéis buscando qué comer o qué beber, y no estéis inquietos.
    30Por todas esas cosas se afanan las gentes del mundo. Bien sabe vuestro Padre que estáis necesitados de ellas.
    31Buscad más bien su Reino, y esas cosas se os añadirán.