Sábado Memoria de la Santísima Virgen María

septiembre 1, 2012

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    1 Corintios 1:26-31

    26Considerad, si no, hermanos, vuestra vocación; porque no hay entre vosotros muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;
    27sino que Dios escogió la necedad del mundo para confundir a los sabios, y Dios eligió la flaqueza del mundo para confundir a los fuertes;
    28escogió Dios a lo vil, a lo despreciable del mundo, a lo que no es nada, para destruir lo que es,
    29de manera que ningún mortal pueda gloriarse ante Dios.
    30De Él os viene que estéis en Cristo Jesús, a quien Dios lo hizo para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención,
    31para que, como está escrito: El que se gloría, que se gloríe en el Señor.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 33:12-13, 18-21

    12Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
    el pueblo que Él se eligió como heredad.
    13El Señor mira desde los cielos,
    ve a todos los hijos de Adán.
    18Los ojos del Señor velan por quienes le temen,
    por los que esperan en su misericordia,
    19para librar sus almas de la muerte,
    y hacerlos subsistir en la penuria.
    20Nuestra alma espera en el Señor,
    Él es nuestro socorro y nuestro escudo;
    21en Él se alegra nuestro corazón,
    en su santo Nombre confiamos.

  • Evangelio

    Mateo 25:14-30

    14»Porque es como un hombre que al marcharse de su tierra llamó a sus servidores y les entregó sus bienes.
    15A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno sólo: a cada uno según su capacidad; y se marchó.
    16El que había recibido cinco talentos fue, trabajó con ellos y ganó otros cinco.
    17Del mismo modo, el que había recibido dos ganó otros dos.
    18Pero el que había recibido uno fue, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
    19Después de mucho tiempo, regresó el amo de dichos servidores e hizo cuentas con ellos.
    20Cuando se presentó el que había recibido los cinco talentos, entregó otros cinco diciendo: «Señor, cinco talentos me entregaste; mira, he ganado otros cinco talentos».
    21Le respondió su amo: «Muy bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: entra en la alegría de tu señor».
    22Se presentó también el que había recibido los dos talentos y dijo: «Señor, dos talentos me entregaste; mira, he ganado otros dos talentos».
    23Le respondió su amo: «Muy bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: entra en la alegría de tu señor».
    24Cuando llegó por fin el que había recibido un talento, dijo: «Señor, sé que eres hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste;
    25por eso tuve miedo, fui y escondí tu talento en tierra: aquí tienes lo tuyo».
    26Su amo le respondió: «Siervo malo y perezoso, sabías que cosecho donde no he sembrado y que recojo donde no he esparcido;
    27por eso mismo debías haber dado tu dinero a los banqueros, y así, al venir yo, hubiera recibido lo mío con los intereses.
    28Por lo tanto, quitadle el talento y dádselo al que tiene los diez.
    29»Porque a todo el que tiene se le dará y tendrá en abundancia; pero al que no tiene incluso lo que tiene se le quitará.
    30En cuanto al siervo inútil, arrojadlo a las tinieblas de afuera: allí habrá llanto y rechinar de dientes».